Con los grandes neumaticos encima del pavimento de tierra y piedras, en una solitaria calle de un pueblo alejado. A lo lejos, mas alla de mi ventana, puedo ver un arido paisaje de montaña con un recubrimiento cafe, lleno de espinas y cactus que aguardan ahí, parados... Esperando cual guardianes de unos Dioses ya extintos..
El autobus ronronea... Está arrancando...
Y mientras aguardo sentado en mi lugar me pongo a pensar en ella, resulta hermoso recordarla... Con su cabello castaño, lacio, y corto al ras de sus hombros, su figura que, a lo minimo, se asemeja a la de una Diosa... Su voz... Su voz y su sonrisa, que alguna vez fueron capaces de embriagarme hasta el punto de perderme en la curva de sus labios... Como queriendo robarle un beso...
El autobus se mueve... Voy Viajando...
Los paisajes pasan enfente de mi cual tinta que una mano incauta ha embarrado sobre un inmenso papel, un ave vuela en circulos en el cielo raso, buscando talvez un conejillo para alimentarse...
Y aguardo sentado en mi lugar viendo a travez de mi ventanilla y recordando, recordando un nombre que es musica para mis oidos, un nombre hermoso, lleno de sabor a otoño, a noviembre pero tambien a octubre, a aire viciado y hojas secas, pero que resulta mas delicioso que la miel en primavera...
Solo son cinco letras, y antes de cerrar los ojos adormecido por el vaiven del autobus en la gran serpiente que muchos llaman carretera mis labios musitan una palabra...
Diana...
Y lo digo de nuevo
Diana...
Y me pierdo en sus letras
Diana...
Es su nombre...
No lo gastes...
Para Diana Laura Aquino... Por darme hermosos recuerdos...
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