lunes, 26 de septiembre de 2011

Silencio...

El silencio llora...¿Lo oyes?...¿Acaso puedes oirlo?... Ahi está su llanto... entre los viejos arboles, nadie sabe porque llora, en realidad nadie nunca se ha preocupado del silencio, la gente está demasiado ocupada en sus rutinas diarias que dejan a lo ultimo cosas tan importantes como sentarse unos momentos a oir al silencio y es por eso que se siente solo, se lamenta, pero jamas ha llorado por eso, el sabe que la gente no puede escucharlo, el sabe que es el angel que los Dioses condenaron a vagar eternamente sin ser escuchado... Un invisible... Alguien sin importancia...
Pero el silencio no llora por eso, el silencio llora porque ha perdido a alguien importante, ha fallecido su eterno acompañante... O mas bien, solo desaparecio sin dejar rastro, el silencio lo ha buscado por todas partes pero aun asi no lo encuentra. El silencio llora por que ha perdido a su amante: El Sonido, que lo complementaba y lo hacía bello.

Está recordando buenos tiempos, recuerda cuando por primera vez en la tierra surgió un ruidillo y conoció a su amante, fuerte como la lluvia, rubio como el sol y castaño como la noche, Entonces fue que comenzó a amarlo, calló en el amor por primera vez.
Ahora recuerda su primer beso, si, lo recuerda muy bien, aquel arco deslizandose suavemente al compas de las cuerdas de un violin, fue tan hermoso que no pudieron evitar que sus labios se juntaran y terminaran en un beso eterno.
Los arboles de otoño lloran con el silencio... Sus pardas y deprimentes copas ya no estan en primavera... Ahora caen, caen y mueren al compas de una melodia que fue escrita incluso antes de la existencia de los mismisimos Dioses.. Una melodia melancolica... Una melodia de amor...

El silencio llora... Llora porque ha perdido a su amante el sonido que lo complementaba y lo hacía bello... Pero no tendrá miedo de seguirlo buscando, pues sabe que tarde o temprano reaparecera al compas de las cuerdas de una guitarra... 

Fuerte como la lluvia, Rubio como el sol... Castaño.... Como la Noche...

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